Todo el que tiene animales de compañía, y sobre todo perros, ha oído hablar de la Leishmaniosis canina, ya que es una enfermedad de aparición muy frecuente en nuestra zona geográfica. Por eso es de nuestro interés informar a los propietarios de perros, a través de las preguntas que mas a diario recibimos sobre la enfermedad.
Esperamos que le sea útil, y para cualquier aclaración o ampliación de datos estamos siempre a su entera disposición.¿Quién produce la Leishmaniosis en los perros?El agente causante de la Leishmaniosis es un parásito unicelular llamado Leishmania Infantum, que vive dentro de las células sanguíneas.¿Cómo adquiere la enfermedad mi perro?La enfermedad se propaga entre los perros a través de las picaduras de mosquitos, en especial el Phlebotomus, que habita en la cuenca mediterránea.
El contagio se realiza cuando la hembra del mosquito pica a un perro infestado de Leishmania, lo mantiene en su aparato digestivo, y el parásito sufre allí una serie de transformaciones, que demoran de 4 a 20 días, para así ese mosquito cuando pique a otro perro, contagiarlo.¿Es posible el contagio por contacto directo con heridas, saliva, durante peleas, juegos, etc.….?La respuesta es que no. Como explicamos antes, es necesario que intervenga el mosquito, ya que es allí donde el parásito sufre las transformaciones necesarias hacia su forma infectante. Otras formas de contagio son estadísticamente difíciles.¿Qué perros tienen más riesgo de contagio?Los perros con más riesgo de contraer la enfermedad son aquellos que viven todo el tiempo en el jardín, y sobre todo aquellos que duermen fuera toda la noche, ya que el habito del mosquito es picar al anochecer y al amanecer.
¿Las personas pueden sufrir la enfermedad?
¿Y otros animales?Si, las personas y muchos mamíferos, entre ellos los gatos, son susceptibles de contraer la enfermedad. Pero a diferencia de estos, la especie canina tiene una particular susceptibilidad a padecer la enfermedad, ya que su sistema inmunitario no es capaz de combatir correctamente al parásito como las otras especies.En el área mediterránea la Leishmaniosis humana es de muy baja incidencia, y normalmente la padecen personas con su función inmunitaria disminuida (enfermos de SIDA, personas sometidas a tratamientos inmunosupresores, trasplantados, tratados con quimioterapia, etc.)¿Aumenta el riesgo de contagio a las personas el convivir con un perro enfermo de Leishmaniosis?No, el riesgo de contagio ya existe por el hecho de vivir en una zona endémica de Leishmaniosis, o sea una zona donde la enfermedad es de aparición frecuente todos los años.
Por lo que recalcamos que no hay mayor riesgo al vivir con un perro enfermo, incluso estando en contacto con su sangre a través de una herida o de pincharnos con una aguja con su sangre, porque recordemos que se necesita que el parásito que está en esa sangre, “viva” de 4 a 20 días en el mosquito para así adquirir capacidad infectante.¿Qué síntomas presentan los perros?* Los signos clínicos que presenta un perro afectado por Leshmaniosis son:* Anorexia, adelgazamiento, depresión.* Zonas sin pelo y con intensa caspa, sobre todo en la cara y extremidades anteriores, ulceras recurrentes en la piel.* Hemorragias nasales.* Fiebre que no responde al tratamiento habitual.* Aumento del tamaño de los ganglios externos.* Cojeras intermitentes que no responden a tratamientos habituales.* Diarreas crónicas.* Lesiones inflamatorios oculares.Mi perro esta aparentemente sano, ¿Puede tener Leishmaniosis?Si, ya que el periodo de incubación de la enfermedad, desde la picadura del mosquito hasta la aparición de los primeros síntomas puede ser de varios meses, por lo que un perro clínicamente sano puede estar incubando la enfermedad.Estos perros sin síntomas pueden ser detectados por técnicas de diagnostico precoz, siendo los perros detectados en esta fase los que presentan mejores perspectivas, ya que se los comienza a tratar cuando aun el parásito no ha lesionado ningún tejido en forma severa aún. Nosotros recomendamos el control mediante test sanguíneo una vez al año, siendo lo ideal realizarlo de ser posible en forma semestral.
¿Cómo se diagnostica la enfermedad?Se realiza un análisis de sangre, que detecta la presencia de anticuerpos circulantes de Leishmania Infantun, o sea demuestra que el perro ha sido picado por un mosquito portador.
¿Podemos curar la Leishmaniosis?Si.
Pero es conveniente recalcar que la efectividad del tratamiento siempre va a estar condicionado a la fase en la que se tome a la enfermedad, el estado del perro antes y durante el proceso, a las lesiones producidas, al grado de infestación, etc.Pero es importante saber que los perros no siempre se llegan a curar totalmente de la enfermedad. Los perros enfermos deben ser controlados periódicamente con análisis sanguíneos y tratados de nuevo si hay indicios de recaídas.
El objetivo del tratamiento es que los perros no presenten ningún síntoma y permanezcan clínicamente sanos.Aquellos perros que al momento del diagnostico presentan una insuficiencia renal son los que tienen un pronóstico menos favorable y van a requerir mayores cuidados y esfuerzos para salir adelante.Mi perra tiene Leishmaniosis, ¿Puede criar?La enfermedad no se transmite a través del útero, ni por la leche, así que los cachorros nacerán sanos, pero desaconsejamos la reproducción en los animales enfermos, ya que el gasto orgánico y el stress de una gestación y lactación normalmente llevan a un empeoramiento del estado de la perra y a la aparición de nuevas lesiones y síntomas. Por lo mismo desaconsejamos la utilización de animales enfermos como cazadores o animales de exposición y competencia.¿Podemos hacer algo para prevenir la enfermedad?Por el momento no se dispone de ninguna vacuna efectiva contra la Leihmaniosis.
Los mejores esfuerzos preventivos son evitar el contagio de la enfermedad y su desarrollo. Para esto recomendamos las siguientes medidas:* No dejar a los perros dormir fuera.* Tratarlos en forma mensual con ectoparásiticidas, vía parenteral o del tipo spot on, como Frontline, Exspot, Scalibur y de apoyo Luposan Zeckweg, etc.* Realizar un chequeo sanguíneo semestral, para en caso de haberse producido el contagio, actuar de manera temprana.